"Y aquel fue el momento en que ella se metió un mechón de su melena negruzca detrás de la oreja, respiró hondo y reparó en lo que acababa de decirle aquel extraño del sombrero de copa.
-¿Y esa tal "vida" puede ser usted? Perdone, pero no llevo demasiado bien el tema de las metáforas, ¿sabe?
-Sí, se podría decir que sí.
-Señorita,
debería saber ya que las cicatrices duran más que la felicidad. Y
permítame decirle que no es bueno andar por ahí con las heridas más
abiertas que la sonrisa."